miércoles, 9 de junio de 2010

EXPRESAR




Cuando alguien expresa sus sentimientos, por regla general, los demás reaccionan de forma contraria a como se esperaba.
Muchos, no están familiarizados con la emocionalidad, creen que demostrar lo que sienten es sinónimo de debilidad, pues piensan que de esta manera bajan “la guardia” y los demás se crecen y se sienten de este modo más fuertes.
De manera contraria a como algunos creen, expresar emociones es sanación para nuestro interior.
Llorar, por ejemplo, libera las cargas de frustración, amargura, soledad.
Liberar la ira, la cólera, el odio, ayudan a equilibrar nuestro centro emocional, base fundamental del desarrollo y crecimiento de nuestro interior.
Practicar el perdón, ayuda fundamentalmente a liberarse del lastre, de las cargas del pasado.
El Ser humano posee el Don de la vida y este Don nos otorga la posibilidad de sentir, vivir, experimentar, contemplar simplemente lo que el Universo ha creado para nosotros.
Cada día a día elegimos como ser nosotros mismos, para bien o para menos bien.
Cada día a día, decidimos que emociones o sensaciones queremos sentir o pensar o experimentar.
Lo que a veces nos obliga a rectificar lo deseado, es la falta de creencia en nosotros mismos a la hora de enfrentar nuestras emociones.
Seamos pues como queremos ser. Sintamos lo que queremos sentir a cada instante. Vivamos la vida tal y como la queremos vivir, pero siempre siendo conscientes de que es en nosotros mismos donde realmente reside, el poder de hacer cambios en nuestro caminar diario.
Entender lo que otro nos dice, no siempre es fácil.
Aprender a escuchar, es quizá lo más difícil.
Hablar, tratar de compartir lo que poseemos en nuestro interior, a veces conlleva el que los demás, se sientan diferentes a nosotros.
Pero esto no es nada malo, tan sólo es un enfoque distinto a la hora de contemplar un mismo escenario en la vida.

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