Siempre hay una esperanza para encontrar el sendero que te lleve de vuelta a tu camino marcado.
Siempre hay una mínima posibilidad, la cual podemos contemplar sin necesidad de sentirnos abatidos, con tan sólo mirar en nuestro interior.
Cada paso que damos marca un antes y un después en nuestra vida, en nuestro contacto diario con lo verdadero, con lo espiritual, con lo que influye en nuestro latir junto al proceso de asimilación de emociones y sentimientos que albergamos en nuestro corazón y que simboliza la luz de nuestra alma.
Somos lo que damos y recibimos lo que entregamos.
El aprendizaje diario de cada circunstancia vivida, forma parte del crecimiento interior, nutriendo y fortaleciendo la creencia de que es en nosotros mismos donde reside el poder de hacer, que aquello que ha de sucedernos, posea grandes valores, importantes triunfos y sinceros logros.
Cada parte del mecanismo que forma el completo y perfecto engranaje de la superación en nuestro día a día, está perfectamente conectado y alineado con la sabia y manifiesta capacidad de superación enclavada en nuestro interior más amoroso, puro y sincero.
Todo lo que nos rodea forma parte de nosotros mismos y es por tanto, nuestra labor principal, comprender, aceptar y asimilar, que poseemos el mayor Don que nos ha sido otorgado, el lenguaje de nuestro interior, colmado de bellas palabras, repleto de sinceros sentimientos y ávido sin duda alguna, de mayor y continuo aprendizaje y de constante crecimiento.
La verdad de nuestras palabras, la sinceridad de nuestros sentimientos forman el vocabulario perfecto a la hora de expresar nuestras emociones.
Recuerda siempre, que todo lo que digas o hagas, forma parte de tu interior.
Es tu labor principal mantener viva la luz de tu alma y la serenidad de tu corazón….Y así es.
Siempre hay una mínima posibilidad, la cual podemos contemplar sin necesidad de sentirnos abatidos, con tan sólo mirar en nuestro interior.
Cada paso que damos marca un antes y un después en nuestra vida, en nuestro contacto diario con lo verdadero, con lo espiritual, con lo que influye en nuestro latir junto al proceso de asimilación de emociones y sentimientos que albergamos en nuestro corazón y que simboliza la luz de nuestra alma.
Somos lo que damos y recibimos lo que entregamos.
El aprendizaje diario de cada circunstancia vivida, forma parte del crecimiento interior, nutriendo y fortaleciendo la creencia de que es en nosotros mismos donde reside el poder de hacer, que aquello que ha de sucedernos, posea grandes valores, importantes triunfos y sinceros logros.
Cada parte del mecanismo que forma el completo y perfecto engranaje de la superación en nuestro día a día, está perfectamente conectado y alineado con la sabia y manifiesta capacidad de superación enclavada en nuestro interior más amoroso, puro y sincero.
Todo lo que nos rodea forma parte de nosotros mismos y es por tanto, nuestra labor principal, comprender, aceptar y asimilar, que poseemos el mayor Don que nos ha sido otorgado, el lenguaje de nuestro interior, colmado de bellas palabras, repleto de sinceros sentimientos y ávido sin duda alguna, de mayor y continuo aprendizaje y de constante crecimiento.
La verdad de nuestras palabras, la sinceridad de nuestros sentimientos forman el vocabulario perfecto a la hora de expresar nuestras emociones.
Recuerda siempre, que todo lo que digas o hagas, forma parte de tu interior.
Es tu labor principal mantener viva la luz de tu alma y la serenidad de tu corazón….Y así es.
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